30 de marzo de 2008

se me ha dormido el tiempo en un sillón de domingo.

fuera
apenas hay ya huecos por los que el agua pueda colarse.
tanta sequía y tan pocos huecos;
tantas manos.

los huevos hoy son tan románticos como las rosas
y tal vez la culpa se vende en docenas.
mis manos están entrelazadas y nadan en una noche vacía con dos horas muertas y vacía.
es posible que sólo naden pecho adentro.
quizás el agotamiento toque en mi ventana a ratos como un amante furtivo,
quizás;
quizás lo haga mientras las carcajadas suenan fuera,
metálicas como ejércitos de cucharas perdidas en nuestras sopas diarias.


guardaré mientras el hastío como ropa de maleta
y viajaré,
por las mañanas viajaré.
lo prometo.
a partir de mañana viajaré
y mi rostro será la amigable estampa calcárea de un comerciante.

2 comentarios:

Txe Peligro dijo...

qué curiosa la metáfora de los huevos...


bueno!

saluditos

E dijo...

qué guay que me recuerdes palabras que no recuerdo que conozco
los miércoles por la mañana


como "calcárea".