2 de agosto de 2007

Hoy
He ido a trabajar demasiado temprano.
No hace falta decir
Que Madrid no existe en agosto
Y menos a las ocho de la mañana.
El café de hoy estaba helado.
Fue una regresión a la infancia,
Como un biberón de insulina.

Hoy
Casi dejo que se me suicide el portátil en la Castellana
Y me han entrado ganas de salir corriendo en pelotas hasta casa.
A veces los pasos de peatones están dispuestos a propósito
Para que todo vaya más rápido.
Ni que decir tiene
Que Madrid en agosto es una radiografía
Y más a la hora de la siesta.

Hoy
Probablemente no vaya al gimnasio
No he hecho la compra
No he hecho la cama
Quizás os haya echado de menos un rato
Mientras decía palabras como “preciosista”,
Pero no sé,
También se disfruta al llegar a casa
Cuando todo está manga por hombro.

No en vano,
La cultura española se construye en torno a la figura del Rodríguez.
Pero sólo en Madrid y en agosto,
Cuando no existe la responsabilidad
Y en el autobús hay sitio para leer
Y parece que se nos olvida a todos
Que la M-30 existe
Y matamos mosquitos a palmadas.

Madrid en agosto, el pincho de tortilla y la siesta

Deberían ser patrimonio de la humanidad.

2 comentarios:

E dijo...

: )

Recurrentes somos y en el camino nos encontraremos.

El domingo disfrutamos del patrimonio, claro.

Borch dijo...

madid en agosto es otra ciudad.
me encanta cruzar en rojo sin tener que mirar!