17 de diciembre de 2010

me creo una polilla convertida en flor convertida en la flor de gottfried benn transmutada en yo transmutada en atardecer contra la costa enfocando el mar como única verdad existente.

soy una santa teresa rutilante levitando en cable car porque ellos lo afirman porque yo no lo niego porque no me he atrevido a negar nada en años. equilibrio innecesario pero abiertamente conveniente.

tengo mi propio manifiesto absoluto mi propio credo mi propia razón de ser cambiante y me encuentro a mí misma tambaleándome por cuestas más o menos inclinadas según la metrópolis. adoro el movimiento. adoro el ritmo. adoro el contoneo insinuante de las sílabas superpuestas, supeditadas.

anhelo el viejo mundo conocido, desaparecido entre dos manecillas puntiagudas, ojerosas, implacebles.

es descorazonador pelear la batalla abismal del ahora contra lo que fue. la derrota es ineludible hasta para mis versiones más escapistas.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

saerf¡Esa derrota es una bendición!
Es la derrota de los valientes.En Madrid acaba de nacer un nuevo día, más allá del tiempo. Nada nos separa.
Os mando muchos besos! bonitos!

Arturo

Violeta dijo...

"... porque no me he atrevido a negar nada en años".

"es descorazonador pelear la batalla abismal del ahora contra lo que fue"

Qué enormidad!

Suerte por Yankilandia! Besos!

Palabras como nubes dijo...

Impecable prosa poética. Ese enemigo, el tiempo, a quien vivimos queriendo vencer. Ruma.