GRAN VÍA
Cuando eres todo el horizonte, cielo,
cuando eres sólo gris, neón y taxis,
cuando soy la meta de mí mismo
−de nosotros−
y el momento de ida o vuelta.
Cuando deambulándote
como a una vieja ramera, camarada,
y me acunas o me escupes
convirtiéndome vertido
en el polvo de tu acera,
entonces llueve, quizás,
o destroza el ruido tus acantilados
y me veo en el abismo de tus charcos
como a vista de pájaro, canalla,
y pienso paso a paso,
con mis zapatos que son lenguas,
pienso a veces que te quiero, cielo,
que tú eres el mar de Madrid,
que tus olas me respiran
de humo, como humo en círculos
y me dejas ser tus ojos
y tu viento amargo que danza la basura
me da vida si te vivo
y da paso a los pasos que son besos.
Vieja ramera Gran Vía,
todo horizonte y meta,
deja que te lleve en mis bolsillos desgastados,
en mi corazón deshecho a fuerza de camino,
que eres tú la única que me queda y que deseo
aunque la alegría sean llantos
y siempre
te termine dejando, patria mía,
en la esquina más inmóvil de mi memoria.
(Madrid, otoño de 2007)
2 comentarios:
Joder! EL tío este es bueno! jejeje
Gracias, GRAN silVIA
creo que es uno de los mejores poemas sobre Madrid que he leido nunca.
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