El final es un punto borroso
en el recuerdo.
Un plato más cayendo
en una cocina,
haciéndose añicos que
resuenan a idioma extranjero.
-deja de equivocar fonemas en sentencias absurdas-
El infierno en guerra contra el misticismo, la sombra
y mi lengua trabada en tus cortinas con crespones azules;
al final el verbo es irrelevante,
el final es un punto borroso en el recuerdo.
Sigue existiendo la mano ejecutora cuando finaliza el poema.
17 de abril de 2010
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