La dorsal mesoatlántica se separa sesenta
milímetros al año;
se abre agudizando el más acá.
Sesenta milímetros periódicos
de ascensores que permanecen abiertos seis segundos
de más en continentes
distantes
- distintos tonos de blanco -.
Chorrean sedimentos en la dorsal,
sus piernas se separan inertes
mientras la roca joven es ya un monumento efusivo.
El curso de la vida es irremediable.
Sé que morirán sin pereza en la isla Bouvet.
Cada pie inmaculado a un lado del Atlántico.
12 de mayo de 2009
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2 comentarios:
LA lentitud de la muerte tan certera.
Muy bueno.
El ritmo inefable de los sentimientos.
Me ha gustado.
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