El único deseo que cae
desde tu bolso a mi esternón
es dormitar paciente hasta que.
La única fuerza que aún
nos separa se llama cordura;
amado disfrute semanal.
El único deseo que cae
desde tu bolso a mi esternón
es dormitar paciente hasta que.
La única fuerza que aún
nos separa se llama cordura;
amado disfrute semanal.